Cuando estuvimos en Milán, el primer ministro italiano, Mario Draghi, fue el anfitrión de las reuniones previas a la COP26. En este encuentro los gobiernos de los países participantes intercambiaron sus borradores de propuestas y los activistas del clima, como Greta Thunberg, destacaron que ya ha pasado el tiempo del «bla, bla, bla». Así pues, hemos elaborado nuestra lista de deseos y consideraciones de inversión al respecto.
Aparte de acciones e incentivos claros, nos gustaría saber cómo se pueden alcanzar los objetivos de cero emisiones y qué acciones, o «palos y zanahorias» los apoyarán. Nos gustaría ver mecanismos para detener el lavado verde, incluyendo hitos intermedios. Además, sería importante abordar las razones de la actual deforestación en el Amazonas y revitalizar el artículo 6 del Acuerdo de París, que abarca los mercados internacionales de carbono y otras formas de cooperación. El artículo 6 sigue en el limbo, pero si se promulga, podría establecer una forma de recompensar a Brasil con un incentivo financiero para proteger la Amazonia en vista de su gran capacidad de almacenamiento de carbono, algo que beneficia a todo el planeta. Nos gustaría que hubiera una «transición justa», ya que la dimensión social es importante para garantizar que los hogares vulnerables puedan participar en la transición a una economía baja en carbono y que los trabajadores de los activos abandonados puedan reciclarse para hacer frente a las pérdidas de empleo. Para ello es necesario que los beneficios sean inclusivos y lleguen a los países y comunidades más pobres. Por último, nos gustaría ver mecanismos para movilizar recursos financieros. La descarbonización de la economía mundial para mediados de este siglo va a costar billones de dólares. Aquí es donde los inversores pueden actuar como parte indispensable de la solución.
Mirando a través de la lente del inversor
Nuestro clima está cambiando a un ritmo alarmante y ya estamos notando los efectos. Para detenerlo, áreas clave como el transporte, la construcción de edificios y la gestión de residuos deben reducir las emisiones de forma significativa y simultánea, de lo contrario los objetivos de reducción global de emisiones de efecto invernadero (GEI) fijados entre el 80% y el 95% en el Acuerdo de París en 2015, estarán fuera de alcance.
Todas las partes de la economía tendrían que descarbonizarse para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Para los inversores, creemos que esto ofrece oportunidades para financiar áreas crecientes de la economía que ofrecen soluciones escalables a los retos medioambientales, al tiempo que generan una sólida rentabilidad. Los inversores pueden medir el impacto producido por las empresas que participan en las cadenas de valor que proporcionan productos y servicios para reducir o evitar las emisiones. Los pilares de impacto están alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Edificios ecológicos: construcción con la vista puesta en la eficiencia
Los edificios representan el 40 % del consumo energético mundial y el 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Resulta atractivo invertir en tecnologías y materiales que reduzcan el impacto medioambiental de un edificio a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la selección del emplazamiento hasta la elección de materiales, la construcción, el funcionamiento, el mantenimiento y la demolición. La atención se centra en minimizar el uso de energía en los edificios mediante medidas de eficiencia energética y la adopción de energías renovables para satisfacer el resto de necesidades energéticas.
Industria eficiente en el uso de los recursos: procesos más limpios
El sector industrial representa el 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las industrias que hacen un uso eficiente de los recursos desempeñan un papel fundamental para avanzar hacia un mundo más respetuoso con el medio ambiente. Los procesos de producción limpios y eficientes reducirán el consumo de energía y de materiales, al tiempo que aumentarán la producción necesaria para hacer frente a la creciente demanda. Y, lo que es más importante, la transformación digital está facilitando el camino a nuevos enfoques de desarrollo, producción y toda la cadena logística.
Transporte de bajas emisiones: viajar sin sentir vergüenza
El sector del transporte contribuye en gran medida a las emisiones y la contaminación mundiales (22%). Los inversores deberían estar atentos a las soluciones ferroviarias para el transporte de pasajeros y mercancías, así como a otras alternativas a los motores de combustión interna (ICE). En concreto, en las empresas que dan forma al futuro de la movilidad ofreciendo soluciones innovadoras y tecnologías clave para un transporte de bajas emisiones que ahorra tiempo y recursos.
Economía circular: una nueva vida después de la «muerte”
Una parte importante de los residuos está formada por plástico. A menos que se produzca un cambio en las tendencias actuales, alrededor de 12.000 millones de toneladas de residuos plásticos estarán en los vertederos o en la naturaleza en 2050, y la cantidad de plástico en los océanos superará a la de peces. Por ello, es importante reutilizar los recursos y reducir los residuos. Las empresas que ofrezcan soluciones de reciclaje o integren los conceptos de gestión del ciclo de vida en el diseño de sus productos desde el principio, pasando por el diseño de ingeniería y luego por la fabricación, el mantenimiento y la eliminación de sus productos, desempeñarán un papel crucial.
Elena Tedesco, gestora de Vontobel
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