La caída del turismo, la fluctuación de los precios de alquiler y la fuerte reconversión social que estamos viviendo, son algunas de las consecuencias de una pandemia que ha alterado por completo el comportamiento del mercado inmobiliario de nuestro país. Briwell Group, la consultoría inmobiliaria boutique especializada en ofrecer un servicio personalizado y de máxima calidad a medianos y grandes inversores, ha identificado cuáles son las nuevas demandas de este tipo de clientes que buscan seguridad y rentabilidad mediante nuevas formas de alquiler, productos prime y diversificación de cartera de productos más allá de nuestras fronteras.
«Lo que estamos viendo en el mercado post pandemia, es un cambio de paradigma respecto a los intereses de inversión de medianos y grandes inversores, así como el nacimiento de nuevas tendencias que han irrumpido con fuerza para quedarse», afirma Edoardo Corda, CEO y fundador de Briwell Group, quien reconoce que algunas de las consecuencias más devastadoras para este sector han sido la caída del turismo, el aumento de la demanda de los alquileres por los confinamientos o la llegada del teletrabajo. «Cada vez que acontece una situación de crisis, por norma general, los inversores suelen dejarse llevar completamente por la razón y dirigir su capital hacia un ámbito más seguro que rentable, es por ello que focalizan sus inversiones hacia el mercado del lujo, el único sector que no suele ver tan alterado su valor. «
Madrid vuelve a posicionarse como el destino preferido para la adquisición de viviendas prime en zonas céntricas como el Barrio de Salamanca, distrito centro, Chamberí o Retiro. Si hace unos años el inversor que tenía un capital medio de 1 millón de euros buscaba adquirir 6,7 u 8 propiedades en la zona sur de Madrid o distritos en la periferia para poder sacarles una rentabilidad de entre un 7% y 10%; ahora mismo, la tendencia es totalmente opuesta. En vez de fragmentar la inversión en varios activos en zonas medias y más afectadas por la crisis, se buscan activos prime en zonas céntricas, residenciales y de alto nivel adquisitivo.
A la hora de hablar de la rentabilidad de los activos, también se ha producido un gran cambio de paradigma. Antes del confinamiento, el alquiler vacacional era una de las opciones más seguras, sin embargo, se ha visto muy afectado y , aunque se reconoce un incremento del turismo, aún nos encontramos lejos de las cifras de antes de la pandemia. Además, no se debe olvidar que en este ámbito la fluctuación de los precios es muy grande y nos siempre es rentable.
Precisamente por este motivo, los inversores han puesto la mirada en el alquiler por temporadas en zonas de alta gama de Madrid. Se trata de un nuevo segmento de arrendamiento por temporadas de entre uno y 12 meses. Un concepto intermedio con el que no se produce una salida y entrada constante de huéspedes, incurre en menos gastos de mantenimiento, la fluctuación de los precios es mucho menor, y evita una de las mayores desventajas de los alquileres de larga duración: la congelación del precio del alquiler durante los cinco años que prevé la ley a particulares o 7 en el caso de empresas.
Aunque los inversores medianos están enfocando toda su fuerza financiera hacia activos prime en las mejores zonas del centro de la capital, podemos reconocer en un plano más elevado, el referido a grandes inversores con un patrimonio líquido de más de 10 millones, como están prefiriendo diversificar sus inversiones más allá de nuestras fronteras, una tendencia que en los últimos meses ha ido al alza. Estos inversores han sabido identificar aquellos proyectos en desarrollo que, a pesar de la pandemia, han continuado generando buena rentabilidad y dentro de este segmento se encuentra principalmente el producto condo-hotelero: activos residenciales (pequeños apartamentos, áticos, dúplex..) dentro de estructuras hoteleras.
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