El temor a la persistencia de la inflación, el endurecimiento de la política monetaria y el aumento de los rendimientos de los bonos han hecho que los inversores salgan de los valores de crecimiento desde principios de año. Los sectores más apreciados, como el de la tecnología, han sido los más afectados por las ventas, ya que sus valoraciones se ven sometidas a un mayor escrutinio ante la expectativa de unos tipos de interés más altos. El Nasdaq Composite cayó un 7,6% la semana pasada, sufriendo su mayor descenso desde el inicio de la pandemia y ampliando su pérdida en lo que va de año hasta el -12,5%.
Está justificado que los inversores sean cautelosos con los niveles de valoración, especialmente en los picos del mercado, sin embargo, no deben temer a las empresas muy valoradas y evitarlas por completo, ya que la historia ha demostrado que muchas compañías con múltiplos elevados podrían seguir revalorizándose siempre que los fundamentales superen las expectativas a lo largo del tiempo.
Las valoraciones de partida parecen importar menos a largo plazo, y algunas empresas resultan caras con motivos fundados. En nuestro caso, nos basamos en un profundo análisis fundamental para encontrar ganadores a largo plazo con un potencial infravalorado, aunque tengan valoraciones más altas, porque entendemos que a menudo la valoración se justifica mucho más en horizontes temporales más largos. Esto es especialmente cierto en el caso de las compañías de crecimiento secular que cuentan con mercados totales direccionables amplios y en expansión, combinados con bajas tasas de penetración, lo que da lugar a pistas de crecimiento de ingresos y beneficios potencialmente muy largas. Por lo tanto, centrarse en los fundamentales de la empresa aportará claridad en medio de la volatilidad a corto plazo y ayudará a identificar a los ganadores a largo plazo.
Martyn Hole, Equity Investment Director de Capital Group
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