Miguel A. Bernal Alonso & David Sanz Bujanda
Lo primero es analizar el punto de partida o situación de la economía europea con la invasión de Ucrania, especialmente la del área euro. No podemos abordar la situación española como un caso aislado, la problemática es a nivel europeo incluso mundial.
- Situación actual
- Europa se enfrenta a un proceso fuertemente inflacionista por la subida de las materias primas agrícolas, mineras y la subida de la inflación. Europa es dependiente de los mercados exteriores por haber confiado en la globalización, apostando exclusivamente por la manufacturación sin preocuparse del autoabastecimiento o la diversificación de sus proveedores.
- La vieja Europa es una potencia económica que se olvidó de aspectos básicos: defensa, debilidad geopolítica, dependencia tecnológica y falta de armonización de sus países dentro de la Unión Europea.
- Las políticas “buenistas” han conducido a nuestras economías a un horizonte de debilidad manifiesta, en la actualidad la posibilidad de asistir a una estanflación, bajo o nulo crecimiento combinado con una inflación alta, cobra cada día más cuerpo que la guerra en Ucrania continúa y se enquista.
Debido a lo señalado anteriormente, de forma resumida, Europa es un gigante con los pies de barro.
¿Qué medidas económicas se pueden llevar a cabo para paliar la situación?
- Se deberían reelaborar los Presupuestos Generales de todos los Estados, especialmente el español, elaborándolos de acuerdo a la nueva situación, que no tiene nada que ver cuando se elaboraron con el contexto actual.
- Nuestra dependencia económica, especialmente en el tema energético, debería tomar una orientación pragmática en un contexto tremendamente complicado. Se deberían bajar impuestos a las fuentes de energía, suprimir los impuestos por derecho de emisión de CO2 o bajarlos, bajar el IVA de la energía, así como otros impuestos especiales, como por ejemplo el impuesto sobre hidrocarburos.
- En cuanto a la energía se debería hacer una transición ordenada, no abandonarla, en cuanto a las energías alternativas, y no caer en el error estratégico de Alemania. Una de las medidas sería desechar las subasta energética de corte marginal, de forma que la energía generada por el gas no participe en la formación de precios de venta.
- Se debería revisar el IVA de productos alimenticios básicos como los aceites vegetales, oliva y girasol, que tanto inciden en el consumo de las familias con rentas más bajas.
- Se debe optimizar la eficiencia del gasto público, un aspecto especialmente importante en un país como España, donde la política de gasto es un arma electoral oportunista irracional e ineficiente.
- Hay que apoyar a los sectores más afectados por la actual crisis, miles de puestos de trabajo dependen de ello, así como de la propia supervivencia de la misma Unión Europea. Estamos hablando de las Pymes y los autónomos que crean el 80% del trabajo, no así las multinacionales.
- Constituir una agencia de Tesoro Europea. El objetivo es al menos financiar al menos en una parte importante de parte del déficit estatal. Esa parte pudiera ser del 60% de financiación de la ratio deuda pública sobre PIB, el resto podría o debería ser financiado por los diferentes países.
- En el caso español el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, IRPF, se deberían deflactar los tramos de renta de la base imponible general y del ahorro. No hacerlo traería una detracción de la renta disponible, la diferencia entre los ingresos y los impuestos directos pagados, por los ciudadanos; no hacerlo llevaría a una caída de la capacidad de compra de las familias, el llamado poder adquisitivo. El consumo, especialmente el privado, es el mayor motor del PIB.
Bernal & Sanz Bujanda
Despacho Patrimonial Privado
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