El desplome en la cotización del bitcoin en estos días ha provocado que importantes inversores institucionales estén deshaciendo sus posiciones en la criptomoneda para volver a invertir en el activo refugio tradicional, el oro. Así, al menos, lo refleja un reciente informe dirigido por JPMorgan Chase a sus clientes, en el que los analistas del banco de inversión señalan que grandes inversores institucionales están desprendiéndose de bitcoins para volver a invertir en oro.
Por otra parte, los últimos datos macroeconómicos publicados en Estados Unidos han resultado decepcionantes para los analistas, que esperaban mayores indicios de recuperación de su economía tras la pandemia. Esta decepción se ha convertido en un impulso favorable al precio del oro, que vuelve a tener al alcance de la mano los 1.900 dólares la onza, un nivel que no alcanza desde principios de enero.
En TIEMPO DE INVERSIÓN analizamos todas estas cuestiones con Tomás Epeldegui, Director de Degussa en España.
El precio del metal podría moverse con rapidez hacia los 1.900 dólares la onza si los datos económicos de Estados Unidos continúan estando por debajo de lo esperado, según algunos expertos. En este sentido, desde Degussa destacan que el interés de los inversores institucionales por los metales preciosos se está incrementando de nuevo.
La inversión física en lingotes y monedas creció un 36% en el primer trimestre del año. Se trata del tercer trimestre consecutivo de crecimiento y la cifra más alta desde el cuarto trimestre de 2016, superando además la media trimestral de los últimos cinco años.
Así lo pone de manifiesto el informe Gold Demand Trends correspondiente al primer trimestre del año, publicado por el Consejo Mundial del Oro, que confirma la recuperación de la demanda de metal precioso con respecto a la cifra de 2020.
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