La principal unidad de China Evergrande Group, Hengda Real Estate Group, ha solicitado este jueves la suspensión de la negociación de sus bonos corporativos onshore (renta fija doméstica China) tras una rebaja de la calificación, según informa Reuters. En concreto, la agencia China Chengxin International ha rebajado el rating de dichos bonos de ‘AA’ a ‘A’.
Esto se produce en un momento en el que el promotor inmobiliario, uno de los más grandes del gigante asiático, se enfrenta a una crisis de liquidez. De hecho, las bolsas de Shanghai y Shenzhen ya habían congelado repetidamente la negociación de los mencionados bonos de Hengda en los últimos días debido a su elevada volatilidad. La suspensión puede ser interpretado como una creciente probabilidad de impagos y reestructuración.
El posible colapso de la segunda mayorpromotora inmobiliaria del gigante asiático se produce en medio de las reformas que está llevando a cabo Pekín para enfriar el mercado inmobiliario y recortar su deuda, que han llevado a una caída de precios en la obra nueva el último mes.
Los impagos son, hasta ahora, el síntoma más claro de falta de liquidez que afecta al gigante asiático, y el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural ha informado de ellos a los bancos en una reunión, mientras negocia con ellos una restructuración de deuda. Según ha informado Bloomberg, las autoridades chinas ya han encendido todas las alarmas y han empezado a reunir expertos contables y jurídicos para que revisen el caso.
La deuda de la compañía se situaba el pasado 30 de julio en 89.000 millones de dólares, la más baja de los últimos cinco años. Sin embargo, las deudas comerciales y de otro tipo aumentaron un 15% con respecto los seis meses anteriores, hasta 8.654 millones de dólares.
Ante la caída del coloso, diversos analistas han anunciado que puede traer graves consecuencias para la economía china. William Lee, economista jefe de Milken Institute, señaló simplemente que Evergrandes es “demasiado grande para quebrar”.
Las alarmas en el mercado inmobiliario chino se encendieron tras un fuerte repunte tras el Covid-19, que ha desembocado en riesgos financieros, según recoge Reuters. Con la caída de los precios, la agencia de rating Moody’s rebajó el estado del real estate chino de estable a negativo.
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