El crecimiento de China se ha visto afectado en el tercer trimestre por los múltiples factores: el confinamiento por la Covid-19, el endurecimiento normativo, , el menor apoyo a la política monetaria y fiscal y la crisis de Evergrande. Como si fuera poco, recientemente los cortes de electricidad han surgido como un nuevo factor de riesgo.
Bajo la política china de “tolerancia cero”, los brotes de Covid han afectado a las ventas al por menor y a la producción de servicios. Siempre que los brotes puedan controlarse, esperamos que estos sectores se recuperen en el cuarto trimestre.
Además, es probable que la política monetaria y fiscal tome un rumbo menos estricto. El crecimiento de la financiación social total (TSF), el agregado crediticio más amplio de China, retrocedió 3 puntos porcentuales desde el pasado noviembre. Esta caída supera las anteriores fases de consolidación. Por lo tanto, esperamos que el Banco Popular de China recorte el coeficiente de reservas obligatorias (RRR) en 50 puntos básicos y proporcione más liquidez. La política fiscal también ha sido decepcionante, ya que la emisión de bonos sólo alcanzó el 44% de la cuota concedida, lo que ha hecho que el Politburó exigiera una aceleración.
No obstante, existen obstáculos para que los gobiernos locales gasten dinero en infraestructuras, ya que la deuda que tienen en la sombra de sus vehículos de financiación está bajo la estricta vigilancia de Pekín. La crisis de Evergrande ha aumentado el riesgo de enfriar demasiado el sector inmobiliario, de gran importancia económica, pero Pekín se esforzará por evitar cualquier efecto indirecto mayor. Pekín también mitigará los cortes de energía mediante el aumento de las importaciones de carbón y los ajustes de precios. En conjunto, vemos que la dinámica de crecimiento del cuarto trimestre mejorará, pero debido a los efectos de base es probable que la tasa interanual del cuarto trimestre se debilite aún más. En 2021 se espera un crecimiento del 8,0%, seguido del 5,2% en 2022.
El contagio de los diferenciales de Evergrande se limita a la región asiática
El caso de Evergrande es un buen recordatorio de que el exceso de apalancamiento no permite que los impagos corporativos disminuyan en todas partes. En China, el sobreendeudamiento de los promotores inmobiliarios es actualmente un problema tanto micro como macro, siendo Evergrande el ejemplo del exuberante mercado inmobiliario chino. Es probable que los tenedores de bonos se vean obligados a contribuir, tanto en la parte offshore como en la onshore, tal y como se refleja actualmente en los precios de los bonos de Evergrande, que cotizan en torno al 25% de su valor teórico. El mercado chino de bonos offshore, así como el índice de alto rendimiento asiático, están cotizando más alto tras las noticias relacionadas con la compañía, pero no vemos ningún efecto de contagio en Europa, ni en el sector bancario ni en el inmobiliario. Este comportamiento del mercado está en consonancia con nuestra opinión de que Evergrande no es un Lehman y su situación no se extenderá a nivel mundial.
Thomas Hempell, Jefe de Análisis Macro y de Mercado, y Elisa Belgacem, Estratega de Crédito, Generali Investments
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