La economía global será más pequeña de lo que hubiera sido debido al Covid 19. El producto interior bruto (PIB) mundial en 2030 será aproximadamente un 3% inferior a lo que correspondería si hubiera seguido su trayectoria anterior a la pandemia.
Para contextualizar el nivel de impacto económico permanente se puede decir que se trata de un daño menor que el infligido por la crisis financiera mundial de 2007/08, pero mayor que el de una recesión típica.
El futuro de la economía mundial tendrá profundas repercusiones en los rendimientos que pueden esperar los inversores y en la forma de asignar el capital.
¿Otros efectos económicos a largo plazo?
El impacto más probable de la crisis del Covid será la consolidación de muchas de las tendencias que impulsan la economía desde la crisis financiera mundial.
Nuestra herramienta interna de previsión de inflación asigna una probabilidad de una a tres a un escenario base que denominamos «vuelta a la nueva normalidad» y que se caracteriza por una baja inflación después de la pandemia.
Bajo los supuestos de este escenario, pensamos que lo más probable es que la economía mundial vuelva a registrar un crecimiento lento y una inflación modesta como consecuencia de los daños permanentes y de la reducción de los niveles de actividad.
Tipos de interés más bajos
En todas nuestras previsiones, el tipo de interés de equilibrio, o natural, probablemente bajará. Ello se debe a que un entorno de inversión más arriesgado impulsará la demanda de activos libres de riesgo en los que depositar los ahorros, como los bonos del Estado. Esto ayudará a bajar los tipos de interés.
El mundo de la inversión sería más arriesgado por tres razones:
Mayores niveles de endeudamiento de las empresas. El excesivo apalancamiento puede lastrar el crecimiento a largo plazo a causa de la reducción de la inversión. También tiende a hacer que el mundo de la inversión sea más arriesgado y volátil.
Cicatrización de las convicciones. El temor de los consumidores, las empresas y los inversores a que se produzcan más choques adversos de gran magnitud que afecten a la economía impulsará el ahorro (reduciendo los tipos de interés) y reducirá el gasto y la inversión.
Limitaciones de la política monetaria. Con unos tipos de interés «más bajos durante más tiempo», los responsables políticos tienen más dificultades para estabilizar la economía en futuras recesiones. También aumenta la percepción del riesgo.
Beneficios más bajos en la renta variable
Los menores niveles de actividad económica reducirán el flujo de caja futuro esperado de muchas empresas. Además, las grandes deudas contraídas por los gobiernos durante esta crisis probablemente conducirán a un aumento de los impuestos. De hecho, ya existe una presión al alza sobre los impuestos de sociedades en todo el mundo desarrollado. Esto también pesará sobre las expectativas de beneficios futuros.
Es posible que asistamos a un cambio en las prácticas de gestión. Por ejemplo, podemos ver una mayor influencia (o participación) de los gobiernos, o una lista más amplia de partes interesadas después de la pandemia que sienten que tienen una reclamación legítima sobre las actividades o los flujos de efectivo de las empresas. Algunos equipos de gestión pueden empezar a sentir que el retorno a los accionistas es una prioridad menos urgente.
… pero quizás una tasa de descuento más favorable
El tipo de descuento es una combinación del tipo libre de riesgo y de la prima de riesgo de las acciones exigida por los inversores. Se utiliza para determinar el valor actual de los flujos de caja futuros. El impacto en el tipo de descuento debido a los menores beneficios es ambiguo, pero en general creemos que será positivo para la renta variable.
Un tipo de descuento más bajo mejora los cálculos del valor actual neto, especialmente para las empresas con expectativas de alto crecimiento -el mercado estadounidense en general y los valores tecnológicos en particular-, lo que permitirá que continúe el buen comportamiento de las cotizaciones de este tipo de empresas.
Entonces, ¿dónde están las oportunidades?
En el mundo post-Covid, vemos una serie de oportunidades temáticas, sectoriales y de otro tipo en el marco de la reasignación de capitales en una economía mundial en proceso de reestructuración. He aquí algunas:
La digitalización. Empresas que probablemente se beneficien de los cambios en la producción y el consumo impulsados por la crisis y las medidas de confinamiento. Aunque algunos de los cambios se revertirán a medida que la pandemia desaparezca, esperamos que se establezcan muchos hábitos nuevos y persistentes en torno a la compra a través de canales online y el trabajo a distancia. Esto también significará cambios en el uso del suelo para reflejar más actividades de distribución y logística, y menos demanda de oficinas.
Sanidad. La gente está cada vez más concienciada con la salud; los nuevos avances médicos logrados por las tecnologías de ARNm se pondrán en marcha; los gobiernos prepararán los sistemas sanitarios nacionales para futuras pandemias. Todo ello implica un aumento del gasto en sanidad. Incluso antes de la pandemia, la combinación del envejecimiento de la población y el aumento de la riqueza estaba ejerciendo una presión al alza sobre el gasto sanitario, lo que beneficiaba a las empresas del sector.
Deslocalización. Las interrupciones de la cadena de suministro asociadas a la pandemia, así como las tensiones geopolíticas, han renovado el interés por la deslocalización y el acortamiento de las complejas cadenas de suministro. La ralentización del ritmo de la globalización, o al menos de su vertiente comercial, es un elemento que perjudica a la economía a largo plazo. Dicho esto, abre oportunidades de inversión en sectores como la impresión textil, en la que la producción de lotes más pequeños y personalizados de moda puede producirse más cerca de los consumidores.
La transición energética. La pandemia ha hecho que los gobiernos, las empresas y los consumidores estén más atentos al riesgo de crisis adversas de gran impacto, una categoría que incluye el cambio climático. El gasto de los gobiernos en respuesta a la crisis del Covid ha llegado con un énfasis renovado en los beneficios climáticos: el mantra de «reconstruir mejor». Por ello, la tecnología limpia y la sostenibilidad como tema de inversión se han visto reforzadas por la pandemia.
Mercados privados. Muchas de las oportunidades que surgen de la transformación digital, la transición energética y las infraestructuras verdes no estarán al alcance de los mercados públicos. Esto es especialmente cierto en las primeras fases de incubación y desarrollo de las empresas. En su lugar, muchas de ellas solo estarán disponibles como capital riesgo e inversiones en el mercado privado en su fase inicial.
Empresas más pequeñas. La fiscalidad y las nuevas normas influirán en cierta medida en los sectores que se reduzcan en las carteras. En general, los temas de inversión mencionados anteriormente son más accesibles a través de los mercados de pequeña y mediana capitalización, donde las empresas se encuentran en una fase más temprana de desarrollo. También pueden ser menos susceptibles a los vientos en contra regulatorios y fiscales.
Paul Diggle, Deputy Chief Economist de abrdn y Luke Bartholomew, Senior Monetary Economist de abrdn
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