No parece que sea como la de 1973, pero todos los expertos están de acuerdo en que vivimos tiempos de crisis energética y vaticinan que aún habrá varios trimestres de altos precios en la energía. Creen que Europa en general y España en particular deben alargar la vida útil de las nucleares, que sumadas a las renovables formarían el mix energético más limpio de cara a la transición energética que estamos viviendo. Pero lo de recortar los beneficios a las compañías les parece que es introducir una inseguridad jurídica que no podemos permitirnos. Sobre estas cuestiones han debatido el catedrático de Economía de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó; el catedrático de Economía Aplicada de la UNED, Juan Iranzo, y el profesor de Economía de la Fundación de Estudios Financieros, Miguel Ángel Bernal.
Los precios de la energía no paran de subir, con una crisis que se originó en el mercado del gas y que ahora afecta a los precios del carbón, el petróleo y el carbono. En Europa, los precios del gas se acercan a los máximos históricos, y en EE UU se encuentran en máximos de siete años. Y encima llega el invierno. A la pregunta de si estamos ante una crisis energética mundial, como preconizan no pocos gurús, el profesor de economía de la Fundación de Estudios Financieros, Miguel Ángel Bernal, lo tiene claro: “Todo parece indicar que sí, el problema es la duración de la crisis. Un buen ejemplo que sustenta esta opinión es el mercado de futuros de petróleo que está en backwardation”. También está de acuerdo en la gravedad del asunto, el catedrático de Economía Aplicada de la UNED, Juan Iranzo, que explica que “la economía mundial se enfrenta a una importante crisis energética de carácter estructural, debido a las restricciones que se están aplicando por razones medioambientales. Además, por razones políticas, no económicas ni técnicas, se están limitando algunos vectores energéticos, como la energía nuclear o incluso, la hidráulica. Asimismo, la recuperación económica está incrementando significativamente la demanda de petróleo y gas natural, cuya oferta está muy controlada, en el primer caso por la OPEP y en el caso del gas por Rusia. También hay que tener presente que EEUU, ha reducido sus exportaciones de estas dos materias primas por las limitaciones impuestas a la producción de las mismas mediante fraking”.
Santiago Carbó, Catedrático de Economía de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, sin embargo, rebaja un poco la tensión y señala que “sí estamos ante una tensión considerable de los precios de la energía, cúmulo de varios factores que se solapan: reactivación de la demanda, producción y economía global tras lo peor de la pandemia y la eliminación o atenuación de las restricciones al comercio y viajes junto al cambio de modelo productivo hace uno más sostenible donde la energía debe jugar un papel muy importante”. Pero, señala que “no creo que sea una crisis como la de 1973, pero sí que podemos tener varios trimestres de fuerte tensión, que podrían durar un año o así, aunque lo peor puede ocurrir con tensiones de demanda y precios -e incluso falta de suministro- en el invierno del hemisferio norte.
Santiago Carbó: “Estamos ante una tensión considerable de los precios de la energía por la reactivación de la demanda, producción y economía global tras lo peor de la pandemia junto al cambio de modelo productivo hacia uno más sostenible donde la energía debe jugar un papel muy importante. Pero no creo que sea una crisis como la de 1973”
“Europa puede hacer muchas cosas buenas cuando se une. Lo vimos con la vacunación de la Covid-19, el suministro de vacunas a Europa ha sido todo un éxito por haberlo hecho conjuntamente. Europa debe replantearse el cálculo de los precios de la electricidad para que no refleje el precio de la fuente más cara”.
Y ante esto, ¿qué puede hacer Europa?
En la reciente cumbre de líderes europeos ya se trató la escalada de los precios que se ha convertido en una cuestión política de máxima prioridad. Para el catedrático de la Universidad de Granada, Europa puede hacer muchas cosas buenas cuando se une. “Lo vimos con la vacunación de la Covid-19, el suministro de vacunas a Europa ha sido todo un éxito por haberlo hecho conjuntamente. Europa debe replantearse el cálculo de los precios de la electricidad para que no refleje el precio de la fuente más cara. Pero lo más importante es tener una estrategia energética coherente, sin bandazos. Por su menor coste y porque permite tener una menor dependencia de las importaciones de energía, debería volverse a la energía nuclear. La compra de gas conjunta también es una buena idea. Otro elemento importante es mantener los objetivos de la transición energética, pero sabiendo que durante algún tiempo necesitaremos los combustibles fósiles”.
Para Miguel Ángel Bernal, cuando hablamos de Europa el problema está en que hay demasiadas voces y gran dificultad de acuerdas. “Encima sucede en un momento que hay una falta de gobierno en Alemania”, señala. “Desde mi punto de vista se podría aminorar o suspender los derechos de emisión de CO2. Desde luego volver a la nuclear me parece adecuado, ahora bien, esto no se consigue en un mes, hacer una nuclear lleva un tiempo, no se construye de un día para otro. Europa debe pensar en un mercado energético que utilice la nuclear, muy polémica, así como energías alternativas. De esta forma se bajaría el precio a medio plazo y se ganaría autonomía energética, algo que no tenemos en este momento. Además, la subasta marginal creo que es un error y que debería ser modificada por algún otro tipo de subasta. En este sentido hay variados modelos de subasta que se podría usar”.
Juan Iranzo: “La economía mundial se enfrenta a una importante crisis energética de carácter estructural, debido a las restricciones que se están aplicando por razones medioambientales. Además, por razones políticas, no económicas ni técnicas, se están limitando algunos vectores energéticos, como la energía nuclear o, incluso, la hidráulica”
“No se debe eliminar ningún vector energético, por lo que es recomendable alargar la vida útil de las centrales nucleares, incluidas las españolas. El 75% del coste de la energía eléctrica de origen nuclear se debe a la amortización de la central; al estar ya amortizadas generarán una energía muy barata”.
Por su parte, Juan Iranzo se muestra de acuerdo en que, en estas circunstancias, no se debe eliminar ningún vector energético, por lo que es recomendable, alargar la vida útil de las centrales nucleares incluidas las españolas. “El 75% del coste de la energía eléctrica de origen nuclear se debe a la amortización de la central, al estar ya amortizadas generaran una energía muy barata. Además, también es necesario emplear el carbón, con quemado limpio, como en Alemania. El incremento de las energías renovables debe estar vinculado al desarrollo de hidrogeno, puesto que optimizara el empleo de estos parques”.
El fantasma de la inflación
Lo que está claro es que el precio de la energía ha devuelto a la primera línea de actualidad el fantasma de la inflación. Santiago Carbó cree que, por ahora, la inflación no es permanente, está motivada por la reactivación de la demanda, producción y economía global tras lo peor de la pandemia y la eliminación o atenuación de las restricciones al comercio y viajes, junto a un encarecimiento de la energía también motivada por esa reactivación de la demanda y economía. “Esta mayor inflación y los problemas de su suministro en energía, semiconductores etc. ha llevado a reconsiderar a la baja el crecimiento de la actividad económica en el mundo, pero el crecimiento se va a producir. Hablar de estanflación es prematuro, así opinan los bancos centrales también. Si se evita una espiral de salarios/costes/precios, en verano de 2022 lo peor del proceso inflacionario puede haber pasado. Por eso es muy importante lo que hagan gobiernos y bancos centrales en los próximos meses para evitar que nos adentremos en la espiral inflacionista”.
Juan Iranzo señala que “todas estas circunstancias energéticas, junto con la falta de suministros en las cadenas de producción, están provocando importantes repuntes de la inflación, que lastrara el crecimiento, pero no debe provocar una estanflación”.
“La fotografía que tenemos en este momento no es nítida y por tanto dificulta mucho hacer unas previsiones más o menos fiable”, señala Miguel Ángel Bernal. “Es muy complicada pues depende si se quieren ver los problemas como temporales o de mayor extensión en el tiempo. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos ha advertido que la subida de los precios de la energía se podría extender durante el invierno. Mi opinión es que el periodo que vamos a convivir con la inflación no es de corto plazo, sino de más amplio espacio de tiempo.
Miguel Ángel Bernal: “Se podrían aminorar o suspender los derechos de emisión de CO2. Desde luego volver a la nuclear me parece adecuado, ahora bien, esto no se consigue en un mes. Europa debe pensar en un mercado energético que utilice la nuclear, muy polémica, así como energías alternativas”
“El Gobierno está absolutamente desbordado por la situación. No se puede hacer frente a la elevación de precios con las medidas adoptadas. Por cierto, unas medidas que en algunos casos es probable que veamos cómo se modifican o incluso se anulan –como el castigo a las eléctricas–”.
Existe el problema de los salarios. Si las elevaciones de precios que estamos viendo se traslada a los costes laborales, posibilitaría entrar en una etapa de crecimiento de los precios de bienes y servicios”. “Lo que si veo claro es que no se puede seguir con una caída de los márgenes empresariales, la situación de las empresas es muy complicada en muchos sectores que aún no se habían recuperado de la pandemia. La fuerte elevación de materias primas, el aumento del precio de la energía, los problemas de abastecimiento serán trasladados al precio de consumo. Es probable que esta traslación se produzca a final de año o al comienzo del próximo”, concluye.
Medidas para atajar el precio del KW
“En España lo cierto es que poco se puede hacer en el corto plazo”, señala Santiago Carbó. “Se ha hecho lo que se ha podido en unos casos (bajar los impuestos asociados con la energía) aunque en otros (como recortar los beneficios extraordinarios a las eléctricas) se ha generado incertidumbre e inseguridad jurídica, y se está dando marcha atrás. La clave es el medio plazo: apostar por energías limpias y baratas (eólicas y termosolar) algo que se está haciendo, pero que notaremos hasta dentro de dos años”.
“El Gobierno español debe garantizar el estado de derecho, señala Juan Iranzo, por lo que no es adecuado la posible expropiación de parte de los beneficios, de las empresas eléctricas. Es acertado la bajada de impuestos, pero debe tener carácter permanente y no solo temporal.
Más crítico se muestra Miguel Ángel Bernal que señala que “el Gobierno está absolutamente desbordado por la situación, no se puede hacer frente a la elevación de precios con las medidas adoptadas. Por cierto, unas medidas que en algunos casos es probable que veamos cómo se modifican o incluso se anulan –como el castigo a las eléctricas-. En el tema de las medidas tomadas sobre el gas para las familias no son más que una financiación que se pagará posteriormente. El grave problema de este país, ahora nos enfrentamos a sus consecuencias, son que no se ha diseñado una estructura energética adecuada. Se ha corrido mucho en la llegada de las energías renovables, que son sin lugar el futuro; pero se ha olvidado la premura con la que se ha hecho y los problemas que se podrían generar en la transición del modelo. Además, en mi opinión es muy importante, en este momento España es dependiente de otros países y no tiene autonomía propia. En Francia, con una clara apuesta por la energía nuclear, es totalmente autónoma; algo que no ocurre aquí en España”.
Los Presupuestos, ¿equitativos pero poco sostenibles?
Después de semanas de negociación, el Gobierno presentaba gracias a la pacto in extremis del del presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz, escoltados por Félix Bolaños (ministro de Presidencia), María Jesús Montero (Hacienda) y Ione Belarra (Derechos Sociales),. Unos presupuestos muy sociales, basados en unas previsiones que el Banco de España ha puesto en duda, la oposición y también los expertos de EL Nuevo Lunes. El Catedrático de Economía de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó cree que la filosofía de los presupuestos es similar a la de años anteriores, y que por eso “no son los más adecuados para fortalecer la competitividad y productividad de la economía española”. “Además, señala, no son contracíclicos, que es lo que uno esperaría: gastar menos si se va a crecer tanto. Se va a gastar mucho, quizás innecesariamente en algunas partidas ya que la economía crece y mucho (independientemente de las revisiones a bajas del crecimiento). Por otro lado, un aspecto novedoso es el impacto positivo de los fondos Next Generation EU. El cumplimiento del presupuesto en materia de ingresos dependerá del crecimiento final de la economía, pero seguramente aumentarán significativamente. Me preocupa más el gasto que no es nada contracíclico. Entiendo que la equidad es importante pero también la sostenibilidad de las cuentas públicas y deuda, y en fases de crecimiento, no hace falta tanto gasto social (baja el desempleo etc).
El catedrático de Economía aplicada de la UNED, Juan Iranzo, es muy crítico con las cuentas del Gobierno. “Son increíbles porque que son muy difíciles de cumplir, puesto que prevén un crecimiento real del PIB del 7% el próximo año, con un aumento de la demanda interna del 10%. Es casi imposible que se alcance ese crecimiento, con un escenario de alto paro, incertidumbre para los consumidores y sobre todo, dudas respecto a la inversión. Además, desde el punto de vista de la oferta productiva, el encarecimiento de la energía y los cuellos de botella en algunas producciones, como la de automóviles, hace muy difícil un crecimiento real superior al 5%; sobre todo con una inflación que superara ampliamente la previsión del 1,6%”.
“Además, señala, son irresponsables por el histórico nivel del gasto público que aumenta hasta los 241.700 millones de euros, que representa un aumento del 2,7% sobre los ya alocadamente expansivos que se encuentran en vigor. Además, el gasto será superior puesto que la indiciación de las pensiones a la inflación, pueden provocar un aumento del gasto superior a los 5.000 millones. Precisamente el único instrumento del que dispone el Gobierno para luchas contra la alta inflación es la política fiscal restrictiva. Es más, son inadecuados, puesto que, con un problema importante de sostenibilidad del Sistema Público de Pensiones, es peligroso limitar todavía más las ventajas fiscales al ahorro previsión, puesto que se limita a 1.500 euros la deducción máxima a los planes de pensiones, individuales, tratando de favorecer los colectivos. Y por último son imprudentes, ya que, para posibilitar la aprobación de los Presupuestos, se ha presentado un proyecto de Ley de Vivienda, que penalizaría claramente la inversión en el sector inmobiliario y que pone en entredicho el derecho de propiedad. La limitación de alquileres en las denominadas “Zonas Tensionadas”, reducirá la oferta, que, junto con la ayuda de los 250 euros para el alquiler de los jóvenes, puede elevar el precio real de los alquileres, y se incentiva el mercado negro. Asimismo, la necesidad de destinar a vivienda social el 30% de cualquier promoción inmobiliaria, tanto pública como privada en cualquier lugar del territorio nacional, limitará la construcción de nuevas viviendas y las encarecerá significativamente. La Ley, podría ser incluso anticonstitucional, por pretender gravar con un IBI elevado, las viviendas “vacías”, dentro de una Constitución que protege la propiedad privada; por lo que el término “vivienda vacía” no tiene cabida. Y aunque no llegue a aprobarse la incertidumbre ya está creada, sobre todo en los inversores extranjeros.
Los Presupuestos Generales del Estado, deben ser la plasmación contable y legal del programa económico del Gobierno, en este caso esta es, la obtención de votos para un posible adelanto electoral.
Para el profesor de la Fundación de Estudios Financieros, Miguel Ángel Bernal, “los presupuestos son papel mojado, parten de un supuesto erróneo que es el cuadro macroeconómico con una previsión de PIB inflada y que debería ser rebajada inmediatamente. Son unos presupuestos que no van en el buen camino, van a la contra con la subida de la presión fiscal (está por ver si es posible esa recaudación) y un aumento del gasto, no de la inversión, que nos llevarán a un déficit muy alto con una deuda acumulada sobre el 120%. Dependen, además, en buena medida, de la llegada de los NGEU, algo que está por ver dado que España no está haciendo las reformas solicitadas por Europa”.
Desayunos de El Nuevo Lunes / N. L.
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