¿Qué activo es el más oportuno a la hora de proteger las carteras ante la perspectiva de una mayor tasa de inflación? Para Invesco la respuesta sigue siendo la misma de los últimos años: el oro. Según indica en su último informe sobre este metal precioso, este año, su precio ha sido bastante volátil, pero puesto en perspectiva, 2020 fue un año estelar para el oro.
En estos últimos 20 años, su rentabilidad ha sido muy favorable, alcanzando un 10,2% de rendimiento medio anual. Aunque la gestora reconoce que en los últimos 12 meses ha sufrido una corrección, en línea con lo ocurrido con otros activos, pero nada de ello invalida sus tres principales características: diversificación, valor refugio y cobertura contra la inflación.
Desde la gestora defienden que el oro ha demostrado históricamente una escasa correlación con la renta variable y la renta fija, por lo que puede resultar un elemento de diversificación útil en las carteras multiactivo. Además, recuerda que por lo general tiene mayor aceptación cuando las condiciones son cada vez más inciertas o más volátiles en otros mercados.
Según explica la gestora, en estos momentos, la demanda de oro tanto de forma física como a través de productos financieros sigue siendo muy superior a la oferta, lo que ayuda también a tensionar los precios hacia arriba.
De hecho, actualmente la demanda es de 1.789,5 toneladas, mientras que la oferta es de tan sólo 1.239 toneladas. Todo ello, a pesar de que algunos de los principales países demandantes de oro, como por ejemplo India, han visto ralentizada su demanda debido al efecto de la pandemia de coronavirus en este año 2021.
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