J. Powell en esa comparecencia cambió el mensaje que venía lanzando en meses anteriores, y por primera vez se le escuchó decir que la inflación podría no ser transitoria, y que en la próxima reunión de la Fed de la semana que viene, incluso se podría poner sobre la mesa una aceleración en la reducción de compras de bonos por parte de la Fed. Unas declaraciones que pusieron en alerta a los inversores, ya que es un cambio muy significativo en lo que se refiere al mensaje por parte de los bancos centrales. En el mundo de las materias primas, y sin perder de vista el riesgo inflacionista, la semana pasada la OPEP+ anunció lo que ya muchos esperaban: a partir de enero se aumentará en 400.000 barriles diarios la producción de petróleo. Esta medida ayudará a seguir controlando el alto precio del petróleo, el cual ha caído aproximadamente un 18% desde el máximo de tres años que alcanzó el pasado mes de octubre donde marcó los 86 dólares por barril. Actualmente está cotizando a niveles de 75 dólares el barril. Y por su lado China parece que se ve forzada a girar su política, y este pasado lunes anunciaba que rebajaba el ratio de reservas exigido a las entidades financieras con el objetivo de que estas puedan expandir el crédito.
En el plano geopolítico esta semana queremos hacer hincapié en el conflicto en el este de Ucrania entre el ejército del país y los separatistas pro-rusos apoyados por Moscú, ya que vuelve a copar los titulares, y ya van ocho años de conflicto. Estos días, la tensión se ha disparado por la acumulación de tropas rusas junto a la frontera. EE. UU. y la UE temen una nueva invasión rusa de Ucrania. Desde Rusia niegan rotundamente ese discurso y argumentan que sólo están tomando “medidas técnicas y militares adecuadas” para responder a una creciente actividad de la OTAN en Ucrania y sus alrededores. En 2014, año de firma del acuerdo de asociación entre Ucrania y la Unión Europea, decenas de hombres vestidos con uniformes sin seña entraron en la región de Crimea, y desarrollaron la operación de anexión de la península ucraniana a Rusia, realizando un referéndum (considerado ilegal por la comunidad internacional), y la declaración de las autodenominadas “repúblicas populares” de Lugansk y Donetsk, así como la guerra de Donbás (que todavía continúa y ha costado más de 13.000 muertes). En 2015 se firmaron unos débiles acuerdos de paz en los que participaron Rusia, Ucrania, Francia y Alemania, que redujeron la belicosidad del conflicto.
El deseo ruso de recuperar su influencia sobre países ex URSS, o el temor a perder la influencia que todavía mantienen, es uno de los motivos que están detrás de estos movimientos según los expertos. Putin dijo esta semana que las «líneas rojas» en Ucrania son el despliegue de misiles de la OTAN en el país vecino (lo que se consideraría una amenaza para Rusia), así como una incorporación de Ucrania a la OTAN (solicitada desde 2008 pero todavía sin resolver). Desde occidente, apoyan política y militarmente un territorio estratégicamente clave. Tampoco hay que olvidar que la aprobación del gasoducto Nordstream 2 está también encima de la mesa. Esperemos que la escalada actual no vaya a más.
En el plano normativo, la Comisión Europea anunció un nuevo retraso de las normas técnicas (RTS) del reglamento de divulgación. Así la obligación de publicar información sobre productos sostenibles (artículo 8 y artículo 9), en los nuevos modelos, se retrasa hasta el 1 de enero de 2023 y la de publicar una declaración sobre las principales incidencias adversas (PIAs) en el modelo normalizado se podrá hacer hasta el 30 de junio de 2023, sobre el Ejercicio 2022. Este nuevo retraso de seis meses se justifica por la complejidad y extensión del documento en el que, finalmente, también se van a incorporar las RTS del reglamento de taxonomía en lo que respecta a la Información de productos sostenibles. Un nuevo retraso que dificulta la consecución del Plan de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea.
Equipo de Inversión de Portocolom AV
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