La financiación mediante préstamos hipotecarios es la opción más extendida cuando te planteas tener una vivienda en propiedad. El inconveniente de esto es que toda financiación conlleva la devolución de intereses. Es aquí cuando toma protagonismo la hipoteca fija o variable. Aunque la hipoteca fija ha estado a la sombra de la variable años atrás al aplicar un tipo de interés mucho más alto, actualmente se está posicionando como una de las favoritas entre los usuarios. Más aún en un entorno en el que la inflación se ha disparado y en el que parece que la presión de los precios va a seguir durante algún tiempo.
La oferta más atractiva lanzada desde las entidades y una mayor popularización y conocimiento de sus ventajas, entre las que destaca su seguridad. Esto ha dado lugar al lanzamiento de ofertas muy competitivas entre las entidades, que hacen la búsqueda de la mejor hipoteca fija a los usuarios todo un reto.
Una hipoteca fija es un tipo de préstamo hipotecario que se caracteriza por mantener el mismo tipo de interés durante todos los años del préstamo. La cuota mensual, que el hipotecado debe afrontar, se mantiene con el mismo importe durante el periodo de pago de la hipoteca, sin estar condicionado por los cambios en los tipos de interés del mercado. Por lo tanto, sin duda, la mejor opción de hipoteca para todas aquellas personas que prefieren no arriesgar su dinero al financiar su vivienda y buscan mejorar las condiciones de la hipoteca. La cuota a pagar siempre será la misma, ya que no dependerá de ningún índice de referencia. Se establecerá una linealidad en las cuotas que no se verá alterada por las fluctuaciones de los cambios en el mercado financiero.
La oferta de hipotecas de los bancos
Años atrás, una hipoteca fija suponía contratar un tipo de interés mucho más alto que los se podían encontrar en las hipotecas de tipo variable. Sin embargo, actualmente, los bancos compiten por atraer clientes interesados en hipoteca a tipo fijo, lo que ha desencadenado importantes cambios en las ofertas y bajadas de intereses.
De este modo, el atractivo principal de la hipoteca a tipo fijo son su estabilidad en el pago de cuotas al no verse alterado el tipo de interés durante toda la vida del préstamo. Aún así, hay más características de estas hipotecas que benefician a los usuarios, algunas de sus ventajas son:
Mientras, al ser hipotecas que mantienen su tipo de interés, el hipotecado tiene la seguridad de saber lo que pagará cada mes hasta que termine de devolver el préstamo, protegiendo así sus intereses ante futuros cambios que puedan darse en los índices de referencia, como el Euríbor, al que estamos más expuestos.
Pese a que la persona hipotecaria no se beneficie de bajas en el tipo de interés, tampoco le afectarán las subidas. En el segundo caso será el banco quién responda ante diferencias entre las fluctuaciones en las variaciones del tipo de interés, afrontando el riesgo del desequilibrio en el tipo de interés.
Las hipotecas fijas cuentan con importantes beneficios a la hora de negociar condiciones y contratar un tipo de interés atractivo. Además, los periodos de amortización no se alargan demasiado pudiendo financiar hasta en un máximo de 30 años. También permiten pagar menos hipoteca en poco tiempo.
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