Para los analistas de Berenberg, un ataque ruso a Ucrania sería una tragedia humanitaria. Más allá de las cuestiones políticas y militares, probablemente asestaría un golpe temporal a la confianza empresarial y de los consumidores en Europa. Los precios de la energía pueden aumentar aún más en Europa, incrementando la inflación por un tiempo. En el peor de los casos, una interrupción prolongada en el flujo de petróleo y gas podría provocar una escasez temporal de energía en algunas partes de Europa. Los mercados sufrirán turbulencias, con correcciones intensas en el muy corto plazo, pero el impacto a medio plazo no debería ser grande ni dramático.
-La estación fría solo durará unos meses más. Al pagar precios más altos por las importaciones de energía de otras fuentes y subsidiar las facturas de energía de los hogares más pobres, los miembros de la UE podrían aliviar hasta cierto punto el dolor de un déficit en el suministro de gas natural de Rusia.
Un aumento adicional en los precios de la energía en los próximos meses sería el tipo de shock de oferta temporal que el BCE tendría que analizar, aunque en principio no debería adelantar las subidas de tipos del BCE. En cambio, el BCE podría incluso intervenir abriendo temporalmente los grifos de nuevo con más fuerza para asegurarse de que los mercados financieros siguen transmitiendo el estímulo monetario del BCE a la economía real.
-Cuando Rusia se movió contra Ucrania en la primera mitad de 2014, el sentimiento económico de la Eurozona apenas se tambaleó. El crecimiento del PIB real se desaceleró del 0,4% intertrimestral en el primer trimestre de 2014 al 0,2% en el segundo antes de repuntar al 0,5 % intertrimestral en el tercer trimestre, dentro de la volatilidad normal de dichos datos trimestrales.
-Rusia es un país grande y una potencia militar fuerte. Pero como en la época soviética, su economía está mal administrada y está funcionando muy por debajo de su potencial. A pesar de su tamaño y proximidad, Rusia no es un mercado importante para Europa. Alemania vende solo el 1,9% de sus exportaciones de bienes a Rusia, frente al 5,6% a Polonia y más del 12% a las cuatro economías de Europa central y oriental juntas (Polonia, República Checa, Hungría y Eslovaquia).
-Como resultado, esperamos que los mercados se recuperen pronto del temporal que puede causar un ataque ruso a Ucrania.
“La probable prolongación del conflicto, podría mantener la presión al alza en los precios de la energía. Siendo la UE muy dependiente de Rusia energéticamente, las compañías europeas podrían seguir sufriendo en sus cuentas los altos costes de la energía y verse lastradas en sus cotizaciones”, apuntan en MacroYield.
Desde Bankinter creen que hay tres escenarios posibles ante el agravamiento de la tensión en Ucrania. El menos negativo pasa por la vía diplomática, lo que implicaría un rebote en las Bolsas, aunque su vigor estaría condicionado a lo que diga la Fed el miércoles. En el siguiente escenario planteado por Bankinter se produciría si llega a haber una “invasión light, desde este y sur, pero sin aislar las tres repúblicas bálticas de Polonia mediante una invasión desde Bielorrusia para conectar Kaliningrado con el resto de Rusia”. La firma de análisis cree que dependiendo del alcance de los daños y del tiempo que tarde en estabilizarse la situación, las caídas de las Bolsas serán más o menos breves.
Y por último, Bankinter apunta al escenario “pésimo, el aislamiento de las tres repúblicas bálticas, que implicaría un acto de guerra contra la OTAN de consecuencias inciertas. Los expertos de la firma de análisis creen que este será el escenario menos probable y el único que les llevaría a hacer un cambio “rotundo” en su estrategia de inversión. Si se produce el “escenario bueno”, lo más probable es que la Fed mantenga su actual enfoque.
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