Muchos inversores se afanan en descubrir tendencias de inversión en función de la época del año, y al igual que se suele hablar del Rally de Navidad, por la teórica tendencia alcista de la bolsa en esas fechas, no menos conocido es el dicho de “Sell in May and go away” (vende en mayo y vete), al que muchos inversores hacen caso.
Se cree que este dicho procede de hace muchos años, cuando las bolsas no estaban informatizadas. Los antiguos brokers preferían vender antes del verano para estar tranquilos.
Históricamente, algunos de los grandes cataclismos en las bolsas se han producido en el segundo período: desde el más conocido, el crack de octubre de 1929, que dio comienzo a la Gran Depresión, hasta el que dio inicio a la actual Gran Recesión, con la caída de Lehman Brothers entre septiembre y octubre de 2008, pasando por el famoso lunes negro del 19 de octubre de 1987, con caídas intradía superiores al 20% e incluso el 30% en las principales bolsas mundiales.
En los últimos años, nos damos cuenta de que los peores crashes han ocurrido precisamente entre el mes de mayo y el otoño. Es el caso del Brexit en junio de 2016 o crisis de la bolsa China en agosto de 2015.
Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.- OH-OH: Como si los inversores necesitaran otra razón para tener cautela en este momento, ¡es casi mayo! Una de las frases financieras más famosas dice: «vende en mayo y vete». Hay algo de verdad en ese concepto, con la mediana de rentabilidades del S&P 500 de mayo a octubre, en la mitad del resto del año (ver gráfico). Esto se ve motivado por unos meses de verano débiles y típicamente de bajo volumen. La situación se compara con la fortaleza del mercado de final de año y del primer trimestre cuando los inversores se reposicionan para afrontar el «nuevo ejercicio» y las empresas presentan sus planes. Vemos una estacionalidad deficiente más que compensada por fundamentales «menos malos» y menores miedos en el plano de la política.
CONTEXTO: No ha sido un comienzo de año típico, con la rentabilidad media más de un 5% por debajo de los niveles promedios de largo plazo. El ejemplo más famoso del cambio de rumbo del mercado se produjo hace solo dos años en el rebote tras el colapso que ocasionó el covid. Eso fue motivado por una respuesta dramática por parte de la política fiscal y monetaria. Si vamos a ver un repunte a finales de este año, es posible que también incluya un impulso en términos políticos, con una Reserva Federal menos agresiva o al menos con una hoja de ruta clara, ‘amortiguadores’ fiscales y de tipos de interés para evitar la recesión en Europa, y alivio del confinamiento y recortes de tipos de interés en China.
ROTACIÓN: en lugar de «vender en mayo», nos centraríamos en rotar hacia aquellos segmentos mejor preparados para el nuevo y más difícil mundo de las inversiones. Nuestro enfoque en acciones cíclicas baratas ayuda contra la amenaza continua de valoraciones más bajas y ante nuestro escenario base ‘menos malo’. Energía (XLE) y finanzas (XLF) son los sectores más baratos del mercado. Mientras, las acciones defensivas tradicionales, como la atención médica (XLV) y los estilos como los altos dividendos (HDV), ayudan contra los temores de desaceleración del crecimiento”.
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