El presidente de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, advierte sobre los riesgos de una crisis energética global a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania. El máximo ejecutivo del principal banco estadounidense considera que en la actualidad «la cadena de suministro energética no es segura».
En su carta anual a los accionistas explica que la invasión a Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia generarán un «impacto económico sustancial», y que «como mínimo ralentizarán la economía mundial», aunque «fácilmente podría empeorar».
Jamie Dimon se refiere en su misiva a tres fuerzas catalizadoras para las próximas décadas: una economía estadounidense que se recupera de la pandemia de covid; alta inflación que marcará el comienzo de una era de tasas en aumento, y la invasión de Rusia a Ucrania y la crisis humanitaria resultante ahora en curso.
“Cada uno de estos tres factores mencionados anteriormente es único por derecho propio: la dramática recuperación impulsada por el estímulo de la pandemia de COVID-19, la probable necesidad de aumentar rápidamente las tasas y la reversión requerida de QE, y la guerra en Ucrania y las sanciones. sobre Rusia”, escribe Dimon.
Respecto a las consecuancias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el presidente de JP Morgan Chase espera que «las consecuencias de la guerra y las sanciones resultantes reduzcan el PIB de Rusia en un 12,5 % a mediados de año (una caída peor que la caída del 10 % después de la suspensión de pagos de 1998). Nuestros economistas actualmente piensan que la zona del euro, que depende en gran medida de Rusia para el petróleo y el gas, experimentará un crecimiento del PIB de aproximadamente el 2 % en 2022, en lugar del elevado ritmo del 4,5 % que esperábamos hace solo seis semanas. Por el contrario, esperan que la economía estadounidense avance aproximadamente un 2,5 % frente al 3 % estimado anteriormente. Pero advierto que estas estimaciones se basan en una visión bastante estática de la guerra en Ucrania y las sanciones actualmente vigentes”.
Una guerra que podría provocar una reestructuración del comercio mundial. A su juicio, «la agresión rusa está teniendo otro resultado dramático e importante: está uniendo al mundo occidental democrático, a través de Europa y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hasta Australia, Japón y Corea. […] El resultado de estos dos problemas trascenderá a Rusia y probablemente afectará la geopolítica durante décadas, lo que podría conducir tanto a un reajuste de alianzas como a una reestructuración del comercio mundial. La forma en que Occidente se comporte y si Occidente puede mantener su unidad probablemente determinará el futuro orden mundial y dará forma a la importante relación de Estados Unidos (y sus aliados) con China”.
Por otra parte, y respecto a las cadenas de suministro, Dimon explica que “el comercio y las cadenas de suministro, donde afectan asuntos de seguridad nacional, necesitan ser reestructurados. Simplemente no puede depender de países con diferentes intereses estratégicos para bienes y servicios críticos. Tal reorganización no tiene por qué ser un desastre o un desacoplamiento. Con un análisis y una ejecución cuidadosos, debe ser racional y ordenado. Esto es lo mejor para todos”. Ganadores y perdedores de esta reestructuración. “Es probable que esta reestructuración se lleve a cabo con el tiempo y no es necesario que sea extraordinariamente perturbadora. Habrá ganadores y perdedores: algunos de los principales beneficiarios serán Brasil, Canadá, México y las naciones amigas del sudeste asiático. Además de reconfigurar nuestras cadenas de suministro, debemos crear nuevos sistemas comerciales con nuestros aliados. Como se mencionó anteriormente, mi preferencia sería volver a unirme al TPP: es el mejor acuerdo geoestratégico y comercial posible con las naciones aliadas”.
Economía estadounidense y Fed
En su carta anual, Dimon pone de relieve la solidez de la economía estadounidense tras el impacto de la pandemia de la covid-19, lo que se puede mantener así hasta 2023.
Ello permite que el consumidor estadounidense promedio esté «en excelente forma financiera», dijo, reflejado, entre otras, por «una excelente suscripción de hipotecas, abundantes trabajos con aumentos salariales y más de 2 billones (trillions en inglés y dos millones de millones en español) de dólares en exceso de ahorro».
Cree que la Reserva Federal hará los deberes necesarios para que finalmente la inflación empiece a amainar, lo que pasará por una «rápida subida» de los tipos de interés, no obstante la inflación y la crisis en Ucrania producirá un escenario diferente, con «circunstancias completamente diferentes a las que hemos experimentado en el pasado».
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