El tipo de cambio del euro y el dólar ha alcanzado la paridad por primera vez en 20 años, desde el 15 julio de 2002, última fecha en la cual la cotización de la moneda común europea superó a la del billete estadounidense.
Se trata de un nivel que nunca se había alcanzado desde la introducción hace dos décadas de la moneda única europea, hundida por el riesgo para la economía de la UE de un corte de abastecimiento del gas ruso.
En lo que va de año, el euro acumula una depreciación de alrededor del 12% respecto del dólar como consecuencia del mayor temor a que la eurozona acabe entrando en recesión por el impacto de la guerra de Ucrania en los precios y mercados, así como por el adelanto con el que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) comenzó a endurecer su política monetaria en comparación con el Banco Centra Europeo (BCE).
Para Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital y experto en mercados globales, «el Dólar americano es el único activo que se está mostrando como inversión refugio en un año tan complicado como el presente; la divisa de EEUU es siempre receptora del dinero miedoso de cualquier parte del mundo y de ahí que acumule una revalorización de más del 12% en el año y haya alcanzado la paridad con respecto al Euro y revalorizaciones elevadas con respecto a otras divisas fuertes como el Yen (casi +20% de subida del USD). La subida de tipos USA con una FED que ha adoptado una postura agresiva en su política monetaria, obviamente, ha favorecido también este movimiento, y también lo ha hecho la crisis energética con las fuertes subidas del petróleo y del gas que cotizan en USD como otras materias primas».
En su análisis no descarta que «el nivel alcanzado podría incluso perforarse como sucedió a principio de los años 2000 con la crisis de las tecnológicas puntocom y el hundimiento de todos los mercados mundiales. Sin embargo, estos factores que han impulsado al USD (mayor diferencial de intereses, efecto refugio así como la crisis de materias primas) podrían girarse en los próximos meses. De ahí que, salvo que caigamos en una profunda recesión que no creemos, es previsible que el Euro recupere terreno en la parte final de 2022 y en 2023″.
Esta situación de paridad se da en un panorama nada halagüeño para la economía. «Según una encuesta realizada por Bloomberg, los economistas atribuyen un 45 % de probabilidades de que la zona del euro entre en recesión, mientras que la probabilidad de que Alemania entre en recesión debido a su mayor dependencia del gas ruso es mayor, un 55 %. Ambas medidas son notablemente superiores a los niveles del 30 % de junio», recoge el último informe de FX de Monex Europe.
La recesión planea como una posibilidad en el Viejo Continente ante las consecuencias de la guerra en Ucrania, con la inflación desbocada y la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) en el horizonte. De hecho, como publicó ABC, los grandes bancos de inversión y las grandes gestoras apuntan a ese escenario a finales de año o principios del que viene. Igual que el propio BCE tiene en su vocabulario ya la palabra recesión.
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