«Hasta que la inflación no tienda a bajar es improbable que la renta variable toque fondo». Análisis de Loomis Sayles (Natixis IM)
Craig Burelle, analista senior de estrategias macro de Loomis Sayles, una gestora de Natixis Investment Managers, reconoce que las posibilidades de recesión han aumentado por las políticas de los bancos centrales. A pesar de ello, no es aún su escenario principal, aunque destaca los efectos en renta variable y renta fija que está teniendo ya el cambio de escenario.
“Hasta que la inflación no tienda a bajar, es improbable que el mercado de renta variable toque fondo de forma duradera y se consolide una tendencia alcista. Tras los pésimos resultados del mercado de renta variable en el primer semestre, la incertidumbre en torno a la inflación y a la voluntad de la Reserva Federal de seguir endureciendo la política monetaria hasta que se produzca una recesión probablemente siga alimentando la volatilidad de la renta variable”, explica Burelle.
“A nivel mundial, las estimaciones de beneficios de consenso se han mantenido hasta ahora, pero es probable que se vean presionadas si la actividad económica se ralentiza. Si las estimaciones de beneficios comienzan a disminuir, los mercados podrían no estar tan baratos como parecen actualmente, lo que podría ser un riesgo importante para el rendimiento futuro de los mercados de renta variable mundiales (…) El descenso medio del S&P 500 en las últimas 12 recesiones ha sido del 24,5%”, explica el experto de Loomis Sayles. No obstante, también hay cierto margen para el optimismo: “Creemos que existe un importante potencial alcista en la renta variable mundial si la inflación se enfría y se evita la recesión”.
El analista de Loomis Sayles enumera los principales riesgos del escenario de mercados:
Riesgos potenciales
– La Reserva Federal podría seguir endureciendo su política en un mercado laboral débil, lo que podría llevar a una recesión nacional. El resto del mundo podría verse sometido a una importante presión si EE.UU. entra en la fase de desaceleración del ciclo junto con China.
– No está claro si los precios de las materias primas disminuirían sustancialmente en caso de recesión. Un acontecimiento de este tipo tendría implicaciones para la inflación.
– Las valoraciones de la renta variable se han corregido sustancialmente, pero desde niveles elevados. Ese elevado punto de partida sugiere que es probable que se produzcan más caídas en la fase de desaceleración.
– Los beneficios empresariales y las estimaciones a futuro han sido un pilar clave de la fortaleza fundamental a lo largo de este ciclo. Si las estimaciones futuras comienzan a debilitarse, es probable que veamos más caídas en el crédito y la renta variable.
– Las expectativas de rebajas de calificación y de impagos han sido moderadas, pero podrían aumentar sustancialmente si la fase de desaceleración se produce de forma abrupta.
– Si el poder de fijación de precios de las empresas sigue siendo fuerte, creemos que no es probable que los precios al consumo disminuyan.
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