Bancos centrales: los dueños del balón. Por David Ardura (Finaccess Value).- Aunque ya no sea algo que estemos acostumbrados a ver, hubo un tiempo en el que los niños, en vez de relacionarse con los móviles, solían jugar entre ellos en un campo de fútbol o una cancha de baloncesto. La generación que tuvimos la suerte de disfrutar de esto sabíamos que siempre había un niño que era el dueño de la pelota y era una norma no escrita que ese niño, el dueño del balón, tenía una cierta preferencia a la hora de elegir la posición, reglas o tiempo del juego. Igualmente, sabíamos que nunca se discutía con él, pues corrías el riesgo de acabar sin jugar o, incluso de terminar el juego antes de tiempo.
A la vista de su evolución en los últimos meses, el mercado de bonos parece estar asumiendo ese rol del niño que se empeña en discutir con el dueño del balón. Si analizamos el comportamiento de las estimaciones que ha venido practicando el mercado sobre los recortes que tiene que llevar a cabo la Fed en este 2024, nos encontramos con que los inversores insisten, una y otra vez, en llevar la contraria al máximo organismo de política monetaria. De esta manera, nos olvidamos de que, por muy equivocados que pensemos que estén, las reglas del juego las marca el Banco Central y llevarle la contraria puede hacernos perder mucho dinero.
Siempre ha sido así, pero este año el mercado ha estado especialmente pendular. En su reunión del pasado trece de diciembre, la Fed marcó un camino muy claro; tres bajadas y setenta y cinco puntos básicos. El mercado, que había descontado más de 100 puntos básicos, no sólo no se ajustó a lo que decía la Fed, sino que apostó a que las bajadas alcanzarían los ciento cincuenta puntos básicos en una racha de seis bajadas de tipos.
Imagino que la justificación de este movimiento tendría su origen en una posible fuerte caída de la inflación y un desplome de la primera economía del mundo, a pesar de que en ese momento no había ningún dato encima de la mesa que justificara ni lo uno ni lo otro.
Como no podía ser de otra manera, este exceso de optimismo (desde el lado de los bonistas) se ha corregido, pero lo ha hecho de una manera extrema, situándose muy por debajo de lo que la Fed señaló en su reunión del mes pasado (hace apenas unas semanas). No sólo es que el mercado diga que no van a ser tres bajadas, sino que no son pocas las casas de análisis que apuestan que no veremos bajadas o incluso alguna subida.
Es verdad que la economía americana está acelerando. El crecimiento estimado para 2024 ha pasado de ser un 0,6% en agosto pasado al 2.2% que se proyecta actualmente. La inflación, lejos de caer, se está mostrando especialmente resistente y la subyacente apenas ha ajustado un par de décimas en los últimos seis meses. Son argumentos sólidos para pensar que tres bajadas de tipos no sólo podrían ser demasiadas, sino que serían innecesarias. Pero esto no es una suerte de información privilegiada, ni algo que los miembros de la Fed no sepan mejor que ninguno de nosotros.
Quizás cabría preguntarse; ¿Qué están viendo los miembros de la Fed o que razones les impulsa a seguir manteniendo la senda de la bajada de tipos? Quizás sea que de los 2.1 billones de dólares de ahorro generados en la pandemia apenas quedan cien mil millones por consumirse y que los tipos de interés de crédito al consumo está en máximos de los últimos cincuenta años. Tal vez sea que la tasa de paro, a pesar de la fuerte creación de empleo, ha subido medio punto porcentual en los últimos meses debido, entre otras cosas, al incremento de la población que busca un segundo trabajo para mantener su ritmo de consumo. O quizás, a pesar de su teórica independencia, vislumbre a lo lejos el problema que puede suponer refinanciar, a los tipos actuales, el 25% de su deuda pública que vence en los próximos dos años.
Pueden ser alguna de estas razones, o cualquier otra, pero lo cierto es que la Fed sigue manteniendo que el camino es el de las bajadas de tipos para 2024. El próximo uno de mayo hay reunión de la Fed y tendremos más información, y ahí tendremos que decidir si seguir llevándole la contraria al dueño del balón o, por el contrario, entender que las reglas del juego ya están marcadas y que nuestro punto de referencia, con sus lógicas desviaciones, debería ser siempre el que nos señala el organismo que se encarga de dictar la política monetaria.
🎯 Bancos centrales: los dueños del balón. Por David Ardura (Finaccess Value), en tiempodeinversion.com
✔ David Ardura Director de Inversiones Fnaccess Value
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