La declaración de la Renta de 2021, correspondiente al ejercicio fiscal de 2020, llegará con malas noticias para los trabajadores que se hayan visto afectado por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) debido a la suspensión parcial o total de la actividad durante el estado de alarma.
La razón es que les saldrá a pagar a Hacienda la declaración de la Renta del año que viene (no en todos los casos). Y la causa es porque este año se les retendrá menos de IRPF en sus nóminas y, sobre todo, por la prestación por desempleo, que no suele tener retención alguna. Esta situación hará que Hacienda liquide esa cuantía diferencial. Además, al tener dos pagadores, se reduce el límite a partir del cuál es obligatorio realizar la declaración: pasa de 22.000 a 14.000 euros, siempre que se superen los 1.500 euros del segundo pagador. Hay que recordar que el SEPE cuenta como segundo pagador.
Por ejemplo, un trabajador que tenga un sueldo de 23.646,5 euros (la media de 2017, según el INE) y haya estado en ERTE durante el estado de alarma, de marzo a junio, tendrá que pagar 1.322,44 euros. Pasaría a cobrar en torno a 15.764 euros si le afecta un ERTE del 100% a jornada completa durante todo el periodo de estado de alarma, según un informe del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF).
Curiosamente más que otro que esté en la misma circunstancia, pero que gane 30.000 euros (pagará 1.026 euros a Hacienda); 60.000 euros (pagará 1.244 euros); o 90.000 euros (pagará 1.248 euros).
Esto se debe a los saltos marginales del IRPF que se produce entre los que ganan 14.000 hasta los 18.000, que provoca un tipo aproximado del 40% por cada euro adicional que se gana. Asimismo, los que cobren menos de 14.000 euros no estarán obligados a realizar la declaración de la Renta del año que viene. Sin embargo, si su sueldo es de 15.000 pasaría a tributar por esos mil euros de diferencia un 44% (440 euros). Al igual que si cobra de 17.000 a 18.000, pasa a tener un salto marginal del 55% (550 euros).
La solución para no tener que pagar esas cantidades tan abultadas en la próxima declaración de la Renta, apuntan los expertos, es que el trabajador solicite a la empresa que se le haga una mayor retención del IRPF durante este 2020 para regularlo lo máximo posible.
Aumenta el número de personas obligadas a hacer la Declaración de la Renta
Ese hecho, además, obligará a presentar la declaración a personas que hasta ahora no tenían que hacerlo porque percibían menos de 22.000 euros brutos anuales de un solo pagador o bien de varios, siempre que el segundo y restantes no sumasen más de 1.500 euros en ese ejercicio, y podían decidir si les convenía en función del resultado.
Si este año, a raíz del Covid-19, ese mismo trabajador percibe más de 1.500 euros anuales del SEPE, algo bastante probable entre los afectados por el cierre obligado de bares, hoteles, comercios durante el estado de alarma, automáticamente estará obligado a declarar el IRPF porque, en ese caso, el umbral máximo exento desciende a 14.000 euros brutos anuales. Solo se librarían quienes perciban menos de esa cuantía, teniendo en cuenta que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ronda los 13.300 euros.
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