Más de 30% del fondo de recuperación de la UE se va a dedicar a acción climática.  Ello refuerza el Pacto Verde de Europa, cuyo objetivo es que la región sea la primera en el mundo en ser neutral en carbono para 2050, generando oportunidades para las próximas décadas, con des correlación respecto al crecimiento del PIB global.

Hay que tener en cuenta que el Pacto Verde pretende crear 700.000 puestos de trabajo para 2030, con prioridad en energías renovables, redes eléctricas inteligentes, transporte -en particular vehículos eléctricos- mejora de conexiones ferroviarias y transporte público urbano, desalentar transporte aéreo para distancias de menos de 1.000 km, biodiversidad y protección y restauración de entornos naturales. Según la Comisión Europea el bloque necesita 260.000 millones de euros en inversiones verdes adicionales anuales para alcanzar el objetivo de 2030 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Sólo la polución del aire mata a siete millones de personas cada año, más que el tabaco. De hecho supone 13% de las muertes y es segunda causa de mortalidad -90% de la población vive en lugares donde no se cumplen los niveles de calidad del aire recomendados por la Organización Mundial de la Salud-.  El carbón para electricidad es responsable de 50% de esta contaminación y transporte e industria/construcción 25% cada uno.

Ahora bien, para llegar a cero emisiones netas se requiere que en Europa se electrifique 80% del transporte, calefacción y usos industriales, que las renovables pasen de 20% a 85% del mix energético para 2050 y que el crecimiento del consumo de energía, 2,5% anual entre 1965 y 2018 se reduzca a 1,2% entre 2018 y 2050.

Afortunadamente, a la creciente concienciación se unen iniciativas como la coalición RE100, liderada por The Climate Group, que reúne a globalmente empresas comprometidas con electricidad 100% renovable. Además el plan del candidato demócrata Biden en EEUU para una economía neutral en carbono para 2050 incluye inversiones en energía limpia e infraestructuras de dos billones de dólares en cuatro años, objetivo de cero electricidad originada por carbón para 2035, extensión de subsidios a eólica y solar, 500 millones de paneles solares en cinco años (doble que el ritmo actual), incentivación del vehículo eléctrico y superar a China como líder mundial en fabricación de vehículos eléctricos, 500.000 puntos de carga financiados con fondos públicos y actualizar cuatro millones de edificios y dos millones de hogares.

El caso es que va a haber grandes ganadores y perdedores.  Los beneficiarios incluyen empresas activas en energías renovables, sobre todo eólica y solar -las fuentes más baratas de energía en muchos países, con cada vez menos subsidios-; edificios verdes, así como movilidad eléctrica, incluyendo vehículos, infraestructura e I+D.

Las economías de escala han reducido los costes en un 80% en energía solar y 45% en eólica terrestre y para 2019-2040 puede haber una reducción adicional de 51 y 43% respectivamente.  En este segmento nos estamos fijando en empresas servicios públicos como Orstel, que ha proporcionado una rentabilidad del 156% en tres años al haberse convertido en operador puro de viento solar marítimo, con múltiplo de valoración que ha pasado de cinco veces beneficios en 2016 a 16 actualmente.

Además, las reducciones de precios de baterías y progreso en potencia electrónica y semiconductores bajará el precio de los vehículos eléctricos a la par con los de combustible para 2025, teniendo en cuenta que el coste total de propiedad es ya menor. Los motores eléctricos son 95% más eficientes.  Además, los responsables políticos siguen promoviendo el transporte de bajo uso de carbono y en grandes ciudades se espera la prohibición de vehículos de gasolina o diésel para 2030.

Según BNEF Electric Vehicle Outlook 2019 los vehículos de pasajeros eléctricos suponen 30% de las ventas mundiales y pueden llegar a 57% para 2040 y el número de vehículos eléctricos sobrepasar a los convencionales para 2037.  En este campo hay que destacar proveedores como Aptiv y Tesla, empresas relacionadas con servicios públicos como Schneider, almacenamiento de energía como Samsung y semiconductores –se utilizan 15 veces más en vehículos eléctricos- como Infineon y NXO.  Sólo Volkswagen tiene previsto emplear 33.000 millones de euros los próximos cinco años en electrificación y que 40% de sus ventas anuales, 22 millones de vehículos, sean completamente eléctricos para 2030. Ello se ve favorecido por programa E-mobility en Alemania, anunciado el 3 de junio, de más de 10 000 EUR en subvención para compra de vehículo electrónica. Por su parte Francia anunciado el 1 de junio su propio programa de incentivos de movilidad eléctrica.