La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, a diferencia de ocasiones anteriores, ha dejado abierta la puerta a que los tipos de interés suban en 2022 en respuesta a la escalada de la inflación, que se mantendrá más alta durante más tiempo del esperado inicialmente, aunque ha subrayado que será en la reunión del próximo mes de marzo cuando la entidad dispondrá de más datos para evaluar su posición.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, la francesa ha variado sustancialmente el tono para reconocer que la evolución de la inflación en enero, con un récord del 5,1%, ha sorprendido al alza, lo que sugiere que las fuertes subidas de precios continuarán durante más tiempo del previsto inicialmente, aunque confía en que se moderarán en el curso de 2022. “La situación ha cambiado”, ha advertido.
Así, Lagarde ha señalado que los riesgos para las perspectivas de inflación “están sesgados al alza”, especialmente en el corto plazo, aunque ha reiterado que las presiones sobre los precios responden principalmente al encarecimiento de la energía, algo que escapa de la política monetaria, aunque ha reconocido que la mayor inflación afectará a la actividad económica en la región del euro en el comienzo de 2022 por su impacto sobre los ingresos y el consumo de los ciudadanos.
Reacciones:
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO
La reunión de hoy del BCE ha transmitido un mensaje hawkish, y el Consejo de Gobierno se ha mostrado más abierto a una retirada más temprana del apoyo a la política monetaria.
La próxima parada es el mes de marzo, donde conoceremos las nuevas proyecciones macroeconómicas del equipo. Si las proyecciones de inflación, que ya son razonablemente halagüeñas, se revisan al alza para 2023 y 2024, es probable que el BCE contemple una vía de salida algo acelerada, un escenario que el mercado ya está valorando. El mercado está valorando plenamente una primera subida de tipos de 10 puntos básicos en julio, lo que implica el fin de las compras netas de activos ya en abril.
Si, por el contrario, la inflación a medio plazo se sitúa en línea con las proyecciones actuales o por debajo de ellas, el BCE estará probablemente en piloto automático durante la mayor parte del año.
Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro
El Banco Central Europeo (BCE) va a la zaga de la tendencia mundial a subir los tipos de interés, encabezada por el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Estados Unidos. Pero en su reunión de hoy, la presidenta del BCE, Chistine Lagarde, ha reconocido los riesgos al alza de la inflación y ha empezado a abrir la puerta a una posible subida de tipos más adelante en el año. En Europa se observan menos presiones inflacionistas que en Estados Unidos, con una inflación subyacente superior al 3%, por debajo del 5,5% estadounidense. Todo ello mientras otras economías clave como Alemania y España aún no se han recuperado de la pandemia, dados los vientos en contra en el sector del automóvil y el turismo. Esta postura de los tipos de interés, todavía dovish, es positiva para la renta variable europea, y un importante seguro para el repunte económico. El crecimiento del PIB europeo va a rivalizar con el de EE. UU. este año, algo que no se ha visto en una década. Los mercados de renta variable europeos, más cíclicos y baratos, son los grandes beneficiarios de esta situación. Aunque los bajos tipos de interés mantendrán la debilidad del euro, esto es positivo para el gran número de empresas europeas con proyección internacional.
Anna Stupnytska – Economista macro global en Fidelity International
El BCE no ha tomado ninguna medida política en su reunión de hoy, en línea con las expectativas del mercado. Con el anuncio de dos subidas de tipos por parte del Banco de Inglaterra y la posibilidad de que la Reserva Federal inicie su ciclo de endurecimiento en marzo, el BCE se enfrenta a la presión de comunicar sus planes de normalización de la política monetaria.
Aunque por el momento se mantiene en su mensaje moderado, el BCE es el principal banco central que tiene la posibilidad de dar una sorpresa de tipo “duro” más adelante en el año, ya que una inflación más alta y firme probablemente dará ventaja a los halcones.
Aunque no esperamos ninguna subida de tipos en 2022, creemos que el BCE empezará a preparar a los mercados para la primera subida en 2023, posiblemente ya en la reunión de marzo, sentando las bases para el cese de las compras de activos a finales de este año y revisando sus previsiones de inflación a medio plazo hasta un objetivo del 2%.
Pietro Baffico, European Economist de abrdn
Como se esperaba, el BCE ha confirmado su intención de llevar a cabo una normalización gradual de sus políticas monetarias. El BCE admitió que la inflación sorprendió al alza en enero, con una tasa del 5,1%, y reconoció que a corto plazo los riesgos se inclinan al alza. Los responsables de la política monetaria volverán a evaluar las perspectivas de inflación a medio plazo en su reunión de marzo, cuando se actualizarán las proyecciones macroeconómicas.
El enfoque de esperar y ver contrasta con las expectativas del mercado, que ya había descontado en los precios las subidas de los tipos de interés para este año. Es probable que esto aumente la divergencia con los inversores que ven al BCE por detrás de la curva, lo que añade riesgo a la clase de activos de renta fija. Dada la incertidumbre en torno a las perspectivas de los precios de la energía y la posibilidad de efectos inflacionistas de segunda ronda derivados de la rigidez de los mercados laborales, vemos riesgos crecientes para las perspectivas de inflación del BCE, que posiblemente exijan una subida de tipos en 2023.
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