El mes de diciembre es siempre un buen momento para hacer balance del año que termina y propósitos para el que comienza, hay una palabra que se nos viene a la mente con respecto al impulso actual en términos de sostenibilidad: aceleración.
ACELERACIONES EN 2021…
Una lista exhaustiva sería demasiado larga. En resumen, estos son los puntos más destacables:
- Reconociendo la urgencia climática, la cumbre COP26 de Glasgow tomó una decisión importante, al exigir a todos los países que volvieran con una nueva (y esperemos que mejorada) política climática cada año, en lugar de cada cinco años como se preveía inicialmente en el Acuerdo de París.
- También se aceleró la concienciación sobre los retos de la biodiversidad y la relación entre el clima y la biodiversidad.
- Otra «nueva frontera» para todos los actores públicos y privados fue la integración (por fin) del sector agrícola, que representa entre el 20% y el 30% de las cuestiones climáticas y el 50% de las cuestiones de biodiversidad.
- Por último, se prestó poca atención al reconocimiento, por primera vez en un reglamento (el de la UE), de la importancia de los aspectos intangibles, como el capital humano, organizativo y relacional. Estos intangibles representan ahora la mayor parte del valor económico de las empresas y sus inversiones y son fundamentales para la aplicación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
…. ACELERACIONES EN 2022
También en este caso, hay algunos pasos clave por delante:
- Las empresas europeas empezarán a proporcionar información cuantitativa sobre la adecuación de sus actividades empresariales a los dos primeros objetivos medioambientales de la UE (sobre el clima). El objetivo de la taxonomía de la UE es calificar lo que es y lo que no es verde. Esto es fundamental para el impacto y la orientación de la financiación para la transición.
- En noviembre, la Fundación IFRS anunció que el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad, encargado de establecer normas globales de sostenibilidad para las empresas, tendrá su sede en Frankfurt. Esto debería facilitar la convergencia con los proyectos en curso en Europa.
- Por último, la normativa europea MiFID II exigirá, a partir del segundo semestre de 2022, exigirá a los asesores financieros y a los banqueros privados que pregunten a sus a sus clientes sobre los aspectos ASG con el fin de calificar y determinar formalmente su interés por el desarrollo sostenible.
Jean-Philippe Desmartin, responsable de inversión responsable en Edmond de Rothschild Asset Management
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